El 8 de setiembre de 1820, el general argentino Don José de San Martín desembarca en la bahía de Paracas, lo que significó el punto de partida en la lucha por la independencia del Perú.
El 20 de agosto de ese mismo año, luego de independizar Chile, San Martín y su ejército partieron desde Valparaíso rumbo al Perú, con el propósito de liberarlo del dominio español.
El Libertador emprendió tal empresa disponiendo de un total de 4118 hombres, en su mayoría argentinos y chilenos, y un grupo de valientes peruanos, entre los que destacaban Francisco Vidal, Remigio Silva, Toribio Luzuriaga y Andrés Reyes. San Martín tuvo como secretario a don Bernardo Monteagudo y como comandante de la escuadra al marino escocés Thomas Cochrane.
La escuadra libertadora estuvo repartida de la siguiente manera: 3053 soldados pertenecían a la infantería, 652 a la caballería y 413 eran artilleros que contaban con 38 cañones. En tanto, las huestes realistas llegaban a los 23 mil hombres.
Después de 18 días de navegación, el ejército Libertador desembarcó en Paracas, el 8 de setiembre de 1820, sin encontrar mayor resistencia realista, debido a que el jefe español Manuel Químper, encargado de la defensa de ese lugar con 500 hombres, huyó hacia Pisco en busca de refuerzos. Seguidamente, los patriotas ocuparon Pisco, Chincha y otras zonas que resultaron estratégicas para sus maniobras posteriores.
San Martín estableció inmediatamente su cuartel general en Pisco, donde recibía diariamente noticias referentes a la causa emancipadora y al movimiento del ejército realista. Gracias a ello, llegó a enterarse de la completa desorganización y anarquía del ejército español, lo que animó más su afán de expulsar al invasor y lograr la independencia del Perú y, por ende, de toda América.
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