martes, 16 de junio de 2015

JOSÉ LUIS DE ORBEGOSO. Presidente del Perú

(Luis José de Orbegoso; Chuquisongo, Huamachuco, 1795 - Trujillo, 1847) Militar y político peruano, presidente de la República (1833-1834) y cofundador de la Confederación Peruano-Boliviana creada en 1836.

Estudió en Lima, en el Convictorio de San Carlos. En 18 15 regresó a Trujillo, donde el virrey Abascal le confirió el grado de cadete del regimiento de milicias de caballería, en una época de militarización tras las revueltas políticas que siguieron a las Cortes de Cádiz, el levantamiento de los hermanos Angulo en Cuzco y otras movilizaciones sociales que preludiaban el fin del coloniaje en los Andes.

También fue en Trujillo donde otro noble, el marqués de Torre Tagle, proclamó la independencia peruana. Orbegoso abrazó esa causa, dándole su confianza el libertador San Martín, que lo nombró primero Sargento mayor y luego Alférez Real en 1821. 

Con la autorización del presidente, Santa Cruz entró en territorio peruano, derrotando a Gamarra en Yanacocha el 13 de agosto de 1835. Luego, el ejército unido, que en realidad era el comandado por Santa Cruz, se enfrentó a Salaverry en Socabaya el 7 de enero de 1836. Con esta acción victoriosa los escollos estaban salvados y se proclamó la Confederación Peruano-boliviana, fruto de la determinación de sendas asambleas populares realizadas en Sicuani (17 de marzo) y Huaura (6 de agosto).

En este clima de continua crisis política e institucional, la situación social era de perpetuo desorden. Los asaltos y las incursiones de bandas de negros, zambos, mestizos -llamados "castas"- y de gentes marginales se producían en los alrededores de Lima, en medio de una horrible crisis agraria. En este contexto se produjo un hecho sintomático: un bandolero, llamado León Escobar, negro de los alrededores de Lima, tomó la ciudad y fue presidente de Perú durante unas horas.

Otro de los hechos sobresalientes del gobierno de Orbegoso fue su viaje a las provincias del sur. Una vez estabilizada la situación, el presidente partió en una visita de buena voluntad y observación del país. No hubiese trascendido si su capellán, el cura José María Blanco, no hubiera escrito un magnífico diario de ese viaje. En 1838 fue derrotado en la Portada de Guía por los chilenos, que se oponían a la unión de Perú y Bolivia, y tuvo que abandonar el país.

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