En 1853 España había reconocido la independencia del Perú, sin embargo, 13 años después, en 1866, una escuadra española ocupó las islas Chincha, emporio del guano peruano. Ante esta situación se convocó a un Congreso Americano en Lima, con la participación de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Guatemala, Perú y Venezuela, y se llegó a la conclusión de que el asunto de las islas Chincha era un problema continental.
El 7 de febrero de 1866, la escuadra peruano-chilena batió a la española en el combate de Abtao. Los españoles bombardearon Valparaíso el 31 de marzo y se dirigieron al Callao para atacarlo.
El 2 de mayo de 1866, a las 11:15 a.m., la escuadra española, se acercó desafiante al puerto del Callao. Eran, en conjunto, la escuadra más formidable que había navegado el Pacífico. La ciudad del Callao lucía embanderada. El General Buendía había agrupado varios batallones.
En el sur del Callao se prepararon las defensas. Las fuerzas peruanas contaban apenas con 45 piezas de artillería contra 245 cañones españoles.
La participación extranjera en el combate fue muy importante porque se unieron en defensa del territorio peruano, soldados ecuatorianos, chilenos, bolivianos y hasta mexicanos, cuyos intereses también estaban en juego
El Secretario de Guerra, José Gálvez, se posicionó en la torre de La Merced para dirigir el combate.
Al mediodía del 2 de Mayo de 1866, La Numancia, la mejor embarcación de la época, se puso al frente de las naves españolas y lanzó dos cañonazos que fueron respondidos por La Merced y las demás baterías. La Villa de Madrid fue la primera baja española, puesta fuera de combate con una granada con la que perdieron la vida 13 hombres y que abrió un enorme agujero en la nave. Luego, fueron averiadas la Berenguela y la Blanca.
José Gálvez
En la torre de La Merced imperaba el desorden y la impericia de ciudadanos poco conocedores del arte de la guerra. A las 12:55 pm una explosión en la torre mató a 27 personas, entre ellas, el Secretario de Guerra, José Gálvez.
Sin embargo, la catástrofe no abatió a los defensores del Callao. La lucha siguió incesantemente y los actos de heroísmo también. Una a una fueron cayendo las naves enemigas afectadas por los más de 200 disparos efectuados desde las torres.
A las 2 de la tarde la Villa de Madrid abandonó el combate y fue remolcada por la Vencedora. Poco después se retiró también la Berenguela. A las 3 de la tarde la Resolución se retiró con serios desperfectos y la Almansa con agua e incendio a bordo. Quedaron la Numancia y la Vencedora. A las 5 de la tarde, la nave capitana de los atacantes dio señal de cesar el combate, ordenó la retirada después de dar vivas a la reina. Los peruanos siguieron disparando hasta que los buques españoles estuvieron fuera del alcance de los cañones de sus baterías.
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